La carta a mi madre
Mi madre está desaparecida, llega ahora esa noticia, ¿de dónde?, no importa. Mi madre es lo que por ahí llaman una putona, lo dice todo el alfabeto. Mi madre puede estar con cualquiera, con cualquier tipo, obvio, y en cualquier pretil si se le antoja. Mi madre vive, la observo con atención y me digo que puedo jurarlo, ¿cuántos años tenías aquí, madre?, debo reconocer que en realidad eres muy bonita. ¿Por qué habré descubierto esta foto justo ahora?...
Querida y apreciada madre:
Te saludo enviándote un abrazo y un beso, y pinto el abrazo y pinto el beso para que veas cómo quedan de bonitos, pero mira, lo mejor es que al pintarlos tengo que pintarte a ti, y al pintarte a ti no sé por qué pero siento que te correspondo, lo digo por la foto, ¡tú sabrás comprenderme!
¿Qué dirían mis compañeros de estudio si leyeran esta carta?, dirían que te estoy escribiendo como si yo fuera un pelaito, y pechichón además, que qué pendejada lo del abrazo y el beso, y seguro que Fuentes, mi enemigo mortal, me recordaría al tal Trinche, los dientes podridos del Trinche, que tú anduviste con ese puerco y que seguramente te le pegaste en la boca: Ay, Trinche, como te quiero, Trinche…
Querida y apreciada madre:
Te saludo enviándote un abrazo y un beso.
Te cuento que no me he portado del todo bien: hace poquito le di una paliza a Fuentes, el hijo de la bollera, le saqué el aire y le partí la boca, la verdad es que te estoy contando todo esto porque considero que se me fue la mano, ojalá que sepas comprenderme, que comprendas que soy un chico y que a los chicos nos cuesta mucho controlarnos.
A continuación, paso a referirte otras cosas: La gente está decorando la calle, como ya se acerca la Navidad, mamá Jose y papi ya terminaron de adornar el frente de nuestra casa, y tengo que contarte que lo hicieron muy cristianamente, con imágenes bíblicas y todo, yo tuve que dedicarme a Jesús, a pintarlo, tú sabes, a pintarlo por completo, de los pies a la cabeza, porque el Jesús que ellos dibujaron te juro que se parecía a Bin Laden, ¡sólo le faltaba el turbante!, para mí que ellos ven demasiados noticieros, ésa es su costumbre.
Bueno, como venía contándote, se nota que nuestra calle va a lucir bien adornada, la gente dice que este año podemos aspirar a ganarnos el trofeo que le dan en la alcaldía a la comunidad más navideña, ¡si a cierta persona no se le ocurre pelearse con algún vecino!
Mejor te cuento todo: Mamá Jose le pidió a la Coso que por favor aguante sus eternas ganas de pelear, y créelo, la Coso se está portando bien.
Mejor te cuento todo todo: la Coso no ha tirado puño, muy cierto, pero está usando su lengua, dice que nada tendría de raro que papi resultara siendo mi verdadero padre, que tú te acostaste con todo el mundo, dice que papi demostró demasiado empeño en adoptarme, en darme su apellido, que ahí hay gato encerrado, dice que el Niño Dios debería ponerme de regalo la pura verdad, la rabia que va a coger mamá Jose cuando se entere de esos comentarios.
Querida y apreciada madre:
Te saludo enviándote un abrazo y un beso.
¿Qué puedo contarte?, empiezo por lo más chévere, oye bien: dicen que seguramente nuestra calle se va a ganar el trofeo que todos los años le entrega la alcaldía a la comunidad más navideña, la verdad es que nos lucimos, y me incluyo en el cuento porque yo también puse mi parte, y qué parte: imagínate, mis queridos viejos disparatearon a Jesús, ¡el dibujo más importante!, tuve que auxiliarlos, después mamá Jose me dio un abrazo de felicitación, contenta, contentísima, le noté y le sentí su alegría, créeme, llegó a decir que yo me merezco el trofeo, ¿yo?, ¡ella!, más que cualquier otra persona.
Ahora, sorpréndete: hemos tenido mucha paz, la paz que necesita una calle, sobre todo si esa calle pretende ganarse el premio que tú ya conoces, mamá Jose dice que la vecindad llegó a un acuerdo, y bueno, viva Dios, si vieras como nos saludamos todos, con sonrisa incluida, ¿oíste?
Lo mejor: a los pelaos nos van a organizar una fiesta el veinticuatro, ¡para entregarnos después el regalo de navidad!, me pregunto cuál va a ser el mío, dicen que los juguetes son bonitos y de muy buena marca, la verdad es que estoy emocionado, ¿tú no lo estarías?
Presta mucha atención ahora: los Castro han mandado lejos a la Coso, según dicen para protegerla, ¡yo no sabía que la Coso era la mandamás de una clínica!
Mamá Jose dice que yo no debo preguntar nada, y le he obedecido, como siempre, pero mira tú, ¡ella habla tan alto!, le oí decir la otra noche que Zuli, la de los Mejía, ya no quiere el regalo del Niño Dios, que ya no quiere el regalo que le empaquetó el hijo del cachaco Silfredo, lo dijo imitando el hablado ronco de la Coso, después se quedó en silencio, y eso me preocupó bastante, ¿me había sentido?, salí corriendo, no quería contrariarla.
Ya en la calle, intenté distraerme, no pensar, pero maldita sea, fui derechito a toparme con uno de los Castro, con el más peludo de todos, me dijo que me apartara, apártate tú, ¡apártate maldito aborto!…
Querida y apreciada madre…
Querida y apreciada madre:
Te saludo enviándote un abrazo y un beso…
Querida y apreciada madre:
Te saludo enviándote un abrazo y un beso.
Es bueno lo que tengo que contarte: el Niño Dios me va a poner dos regalos este año, te cuento que además del que tú sabes…
Querida y apreciada madre:
Te saludo enviándote un abrazo y un beso.
Paso a contarte lo siguiente: el Niño Dios me va a poner dos regalos este año, el de mamá Jose y papi, ¡una bicicleta!, y el que hayan escogido para mí los de la vecindad. No te sorprendas, acá se vive un ambiente muy especial este año, si vieras como ha quedado de adornada la calle, dicen por ahí que nos vamos a ganar el premio que le entrega la alcaldía a la comunidad más navideña, me incluyo en el cuento porque el decorado de mamá Jose y papi se salvó gracias a mí, aunque debo reconocer que sin ese par de viejos… sin ellos…
Sigo, el caso es que para no quedarse sólo con lo de la decoración, la comunidad decidió comprarles a todos los niños de la calle, a todos, sin excepción, ¿oíste?, un buen regalo de navidad, ¿cuál me va a tocar a mí?, ni idea, chévere que se tratara de un instrumento musical, la verdad es que sí la Coso pudiera ayudarme en eso… la verdad es que cuando la Coso se sentía atacada respondía en el acto, me pregunto, madre, si alguna vez te peleaste con ella, creo que no, no lo hiciste, tú no, sí la Coso pudiera… ¿no te lo he dicho?, los Castro la han mandado lejos, según dicen para protegerla, yo no sabía lo de la clínica, madre, no lo sabía...
Sigo con lo de los pelaos, antes del regalo, nos van a complacer con una fiesta, a mí no me gusta mucho el baile, pero intentaré moverme como pueda, ¡miercole!, veo llegar a Fuentes, mi enemigo mortal, va a atacarme, va a decirme que tú te movías igual que una puta, que terminabas acostándote con todos los que te sacaban a bailar…
Querida y apreciada madre:
Te saludo enviándote un abrazo y un beso.
Te cuento que no me he portado del todo bien: hace poquito le di una paliza a Fuentes, el hijo de la bollera…
FIN
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